miércoles, 14 de septiembre de 2011

La Matemática del Teatro


A finales del pasado mes de Agosto se celebraron, como cada año en la localidad asturiana de Infiesto, los XIII Encuentros de Teatro en el Norte, a los cuales tuve el inmenso placer de asistir. No es el propósito de esta entrada del blog hablar de las múltiples excelencias de dichos encuentros, pero no puedo resistirme a comentar que merecieron mucho la pena y de paso recomendar a todos aquellos aficionados a la interpretación escénica que no se los pierdan el próximo año por las mismas fechas. Tras mi paso por Infiesto y después de un periodo de reflexión sobre lo que allí he vivido, estoy en condiciones de decir que existen más similitudes de las que se podría esperar, entre el mundo de la escena y las matemáticas:

Según mi visión, una  interpretación implica una partitura tanto vocal como corporal que debe ser aprendida y repetida de manera exacta una y otra vez en cada uno de los pases. Además se han de transmitir al público las mismas emociones todas y cada una de las veces. No olvidemos que el actor conoce toda la historia y sabe exactamente lo que va a ocurrir en cada momento. Sin embargo no debe comunicar esa sensación al público, que ignora la trama y la vive por primera vez. Es como el matemático que imparte la misma conferencia o clase magistral repetidamente, realizando la demostración de un importante teorema. Resulta fundamental para captar la atención del público, que durante el proceso demostrativo nuestro matemático vaya sintiendo emociones parecidas a las de la primera vez que obtuvo el resultado. En un escenario conviven simultáneamente varios actores, cada uno con su correspondiente partitura, que juntos han de construir en perfecta sincronía la escena. Dichas partituras se desarrollan paralelamente e interactúan entre sí produciéndose solapamientos e intersecciones en las diferentes trayectorias que cada una sigue. Podríamos decir, metafóricamente, que los ensayos constituyen una sucesión de Cauchy (léase la entrada del blog relativa a las sucesiones cansadas) en la que cada término viene representado por una ejecución del programa escénico. Dicha sucesión ha de converger necesariamente en la obra final que se muestra al público, en donde todo el entramado de actores y partituras forman un conjunto compacto, sin aristas y completamente diferenciable. Pero esta situación de equilibrio es enormemente inestable; como un problema matemático mal condicionado. Cualquier pequeña variación; cualquier minúsculo titubeo o desvío de la trayectoria marcada, puede producir un desajuste tal que suponga una divergencia y con ella el derrumbe de la representación. La clave para que esto no ocurra es la capacidad de reacción e improvisación que ha de tener todo buen actor y que será reforzada día a día fruto de la experiencia. Porque, aunque parezca un contrasentido, la improvisación requiere entrenamiento y no puede ser improvisada. Las divergencias que pudiesen producirse han de ser acotadas y lo que finalmente se muestre al público tiene que tener la propiedad matemática de ser punto de acumulación.

Aunque pueda parecer lo contrario, esta es hasta la fecha la entrada del blog con conceptos más matemáticos y difíciles de seguir por un profano en la materia. Seguro que mis colegas entienden perfectamente lo que quiero decir. Espero que el resto también haya captado la esencia aunque no comprendan alguno de los términos empleados.

2 comentarios:

Elias F. Combarro dijo...

Creo que esta obra de teatro podría resultarte interesante:

http://en.wikipedia.org/wiki/Quad_%28play%29

Arena de Luz dijo...

Bueno, yo creo que no es transmitir la vida de alguien siendo actor, sino, más bien y sobre todo enfatizar en que el actor se reinventa así mismo para ser ese personaje absolutamente como si fuera en realidad "otro". Ese es el verdadero placer del teatro. Encontrar en aquel actor, el personaje ideal y verdadero de la historia vista! el teatro como las matemáticas han de desvelar el verdadero placer de "ser" realmente.
Una maravilla de entrada, maestro!! Abrazo jubiloso!!