sábado, 18 de septiembre de 2010

De bruces con el guardarrail


El canal de Castilla fue en su día una gran ruta fluvial de comunicación y transporte muy utilizada durante el siglo XIX. En el enlace http://www.canaldecastilla.org/ se puede obtener toda la información sobre el canal. Hoy en día uno de los usos que se le pretende dar es el turístico. Para ello en algunas localidades se organizan excursiones en pequeños barcos por el canal. También están arregladas las orillas del mismo para favorecer los paseos tanto a pie como en bicicleta. Yo puedo decir que ya he recorrido todo el canal: desde Alar del Rey hasta Medina de Rioseco y también he llegado hasta Valladolid. He ido viendo cómo iban arreglando paulatinamente las orillas con el objetivo de que todo el trayecto se fuese habilitando. Verdaderamente el esfuerzo que realiza el gobierno de Castilla y León en este sentido es valorable. En cualquier caso quedan cosas por hacer y quizá algunas de esas cosas no requieren demasiado esfuerzo. Por eso no se entiende muy bien por qué no se acomenten. Por ejemplo lo que se atisba en la fotografía. Uno va tranquilamente por la margen derecha del canal hacia Medina de Rioseco, por un camino bastante aceptable como se puede apreciar, y de repente, más o menos a la altura del pueblo de Capillas,  se encuentra con una bionda de esas que delimitan nuestras carreteras. Así, sin avisar, se da uno de bruces con la delimitación. Lo curioso es que al otro lado de la calzada continúa el camino como si tal cosa. Toca bajarse de la bicicleta y hacer un buen esfuerzo subiéndola por encima de la bionda, cruzar la carretera y volver a hacer la misma operación al otro lado para continuar. Y si se va a pie no queda otra que saltar, no sin ciertas dificultades .¿Tanto cuesta buscar una solución alternativa?. No se trata de hacer una pasarela para cruzar la calzada, pero un pequeño paso que al menos evite subir a pulso la bicicleta podría ser de momento suficiente. No comprendo cómo es posible que no se haya buscado remedio a esta situación. Quizá esperan del cicloturista que coja la suficiente velocidad como para que, aprovechando el terreno, se eleve sobre la carretera de la misma forma que ocurre en la película E.T., para aterrizar suavemente al otro lado y continuar con la excursión hacia Medina de Rioseco. En serio, creo que este pequeño lunar en el trayecto debe ser subsanado cuanto antes. Y ya puestos, tampoco estaría de más que se diesen a conocer las bellezas que se encuentran en los pueblos por los que se pasa. La mayoría no son atravesados por el canal, pero basta desviarse no más de 100 metros para entrar en ellos. Unos simples carteles en el canal mencionando lo más destacable de cada uno de estos pueblos sería suficiente.  Al menos  con información de si el pueblo tiene fuente pública o bar o incluso un pequeño lugar en el que comer.Nótese que a lo largo del canal no hay fuentes dónde rellenar cantimploras y mitigar la sed. Si se quiere dar un buen espaldarazo turístico al canal de Castilla, no me cabe la menor duda de que hay que cuidar estos detalles. Pero volviendo al tema principal de este comentario, se podría comenzar con la propuesta de una solución para salvar el guardarrailes que no genere una posible hernia inguinal a los cicloturistas.

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