sábado, 18 de septiembre de 2010

Prohibido hablar del cuello para arriba

Seguramente todos conocemos alguna persona especialmente dotada para los deportes. Comienzas a practicar un deporte junto a una de esas personas y resulta que empleando el mismo tiempo que tú, en unas cuantas sesiones ya te saca una buena ventaja. Otros sin embargo tienen una condición de base que  no les hace prosperar en la práctica de un deporte como se debiera esperar a tenor de las horas de práctica que  emplean. Sin ir más lejos, tengo un amigo que de pequeño sus padres, grandes aficionados al tenis, lo convencieron para que se apuntase a cursos de tenis. La verdad, a mi amigo no se le dan muy bien la práctica de los deportes. Para qué nos vamos a engañar, ¡es un poco patoso!. Pero de niño y por no defraudar a sus padres, puso gran interés en la práctica del tenis. A base de cursillos llegó a cojer un nivel aceptable aunque, como bien le dijo uno de los profesores a su padre: " Mire, su hijo se defenderá aceptablemente con el tenis, pero si lo que pretende es que se gane la vida jugando a ese deporte, ya le digo yo que eso no lo conseguirá." Mi amigo abandonó el tenis y por circunstancias que no vienen al caso empezó a practicar equitación y se convirtió en un gran jinete de hípica, ganando muchos premios en su juventud. Sinceramente creo que podría haberse ganado la vida en esta actividad. Sus padres nunca denunciaron al profesor de tenis que les hizo la valoración sobre las condiciones de su hijo para la práctica de este deporte. Más bien al contrario, agradecieron dicha valoración y nunca pensaron que su hijo era un disminuido por no poder ganarse la vida jugando al tenis.

En mi condición de profesor de universidad, impartiendo clase en las titulaciones de Informática y Matemáticas, en algunas ocasiones, de manera muy esporádica, me encuentro con alumnos recien llegados que aunque emplean muchas horas de estudio, los resultados que obtienen no son acordes con el trabajo que emplean. Tras un seguimento de sus actividades y algunas entrevistas con ellos, sospecho que no están suficientemente dotados para las Matemáticas ó  la Informática como para terminar la titulación que han elegido (o quizá la han elegido otros por ellos). Es posible incluso que dicha falta de cualidades de base también sea debida a que realmente no están haciendo la actividad que les gustaría. En cualquier caso, ya me conozco cuál es el futuro más probable de estos alumnos. Se pasarán unos cuantos años en la Universidad para  finalmente abandonar los estudios con una sensación de fracaso. Con suerte, algunos de ellos tomarán la decisión de comenzar otros estudios o actividad y obtendrán éxito . Pero incluso en estos casos, habrán perdido un tiempo precioso. De todas formas, en las escasas ocasiones en que me encuentro con  estos alumnos, yo no tengo los arrestos y atrevimiento como para decirles que lo más probable es que no se ganen la vida con las Matemáticas o con la Informática. Y es que temo que eso les pueda hacer  caer en el error de  pensar que les estoy diciendo que su capacidad intelectual es insuficiente. Porque no nos engañemos, lo cierto es que parece que está prohibido hablar del cuello para arriba. No hay ningún problema en reconocer que a uno se le da mal el tenis, o que no coordina muy bien como para ser un gran jugador de futbol, o que no tiene la suficiente condición como para ser campeón de 100 metros o bien que su constitución ósea no le hace apto para competir a gran nivel en natación. Sin embargo no se concibe que una persona no tenga éxito en el estudio de cualquier titulación universitaria, cuando acumula muchas horas de trabajo. Poco se conoce de nuestra capacidad cerebral, pero si atendemos a lo que ocurre en otros aspectos, tiene mucho sentido que haya personas más aptas "a priori" para determinados estudios y menos aptas para otros. En tanto en cuanto esto no sea probado científicamente, yo seguiré sin acumular el valor suficiente como para decirle a un chico "Lo tuyo no son las Matemáticas".

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