viernes, 1 de octubre de 2010

Si no se ve claro aplíquese zoom

Supongamos que se tienen dos vasos. En el vaso A hay vino y en el vaso B hay la misma cantidad de agua. Se coge una cucharada de vino del vaso A y se echa en el vaso B. A continuación se coge una cucharada del vaso B, en el que hay agua y una cucharada de vino, y se echa en el vaso A. Después de estas acciones, en ambos vasos hay de nuevo la misma cantidad de líquido. La pregunta es ¿Hay más agua en el vino (vaso A) o más vino en el agua (vaso B)?.



Este no es un problema especialmente difícil. Después de un tiempo prudencial de razonamiento y tras asignar datos de capacidad a los vasos y a la cuchara, se llegará a la conclusión de que hay la misma cantidad de agua en el vino que de vino en el agua. Quizá, dicho así y sin dejarles tiempo a pensar, ustedes no lo vean demasiado claro. Incluso después de explicarles la resolución del problema y de hacer los cálculos  en su presencia, es posible que les pareciese más complicado de lo que en realidad es. Situaciones como ésta, pero con problemas bastante más complejos, me suceden a mi con cierta frecuencia. La cuestión es que muchas veces, trabajando con los datos que aporta un problema o bien con los datos reales que uno mismo pondría  para resolverlo (en el caso que nos ocupa serían las capacidades antes mencionadas), las cuentas que hay que hacer se hacen dificultosas y es muy fácil equivocarse o perder el hilo del método resolutivo. En estas situaciones, una estrategia que muchas veces da resultado es exagerar los datos y llevarlos a un orden de maginitud que podamos manejar con comodidad. En definitiva:  ¡aplicarle zoom al problema!. 

En nuestro caso vamos a huir de vasos de 20 centilitros o cucharas de 15 mililitros y supongamos que en cada uno de los vasos hay 10 litros de líquido. Así pues tenemos 10 litros de vino en el vaso A y 10 de agua en el vaso B. Vamos a considerar ahora que la cuchara también es capaz de recoger 10 litros de líquido de una vez. Entonces, con nuestro espectacular "cucharón", en el primer trasvase habremos cogido todo el vino del vaso A y lo habremos echado al vaso B. Como nuestros vasos son monstruosos, ahora tendremos el vaso A vacío y en el vaso B descansarán 20 litros: 10 de agua y 10 de vino  a partes iguales en armoniosa mezcla.  Procedamos ahora con el segundo trasvase y recogiedo 10 litros del vaso B con la "megacuchara" los pasamos al vaso A. Nótese que de esos 10 litros, la mitad, es decir 5, son de agua y los otros 5 son de vino, ya que la mezcla del vaso B era a parte iguales. En consecuencia, finalmente tendremos 5 litros de agua y 5 de vino en el vaso A y exáctamente lo mismo en el vaso B, pues recordemos que durante todo este proceso simpre hubo 10 litros de agua y 10 litros de vino. Es decir, hay la misma cantidad de agua en el vino que de vino en el agua. ¿No resulta esto bastante más claro?. Es que hemos aplicado un buen zoom para que se viese bien.  Por supuesto que esta técnica no es algo que siempre funcione, pero a decir verdad a mi me ha sacado de bastantes atolladeros a la hora de resolver problemas y de explicarlos posteriormente a una audiencia no experta. Ya lo saben, si no lo tienen claro, apliquen zoom hasta la saciedad para una mayor y mejor "resolución."

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