lunes, 20 de septiembre de 2010

Bolonia: Un "Ferrari" a precio de saldo

Voy a contarles una historia: Supongamos que deben participar en una carrera que se celebrará dentro de un par de años. Ya están inscritos, no hay vuelta atrás. Se trata de una carrera en la que de manera obligada han de competir contra otros duros contrincantes. Tienen dos años para conseguir un buen coche que les permita hacer al menos un digno papel. Se ponen manos a la obra y tratan de hacer un estudio sobre el coche más adecuado. Constituyen una comisión que elabora un exhaustivo informe sobre las características óptimas del coche que tienen que comprar. Se tienen en cuenta todos los detalles sobre aceleración, comportamiento en curva, velocidad etc. Después de año y medio de árduos esfuerzos e interminables reuniones llegan a la conclusión de que el coche ideal para conseguir un éxito sin precedentes es...: ¡Un Ferrari!. Ya está decidido, comprarán un Ferrari. Se dirigen al concesionario, eligen el modelo y el color (rojo, por supuesto). Y a la hora de pagar sólo disponen de 12.000€ y resulta que el Ferrari cuesta 120.000€. ¿Qué hacer en esta situación?. En principio hay dos opciones: No presentarse a la carrera o bien competir con otro coche de  inferiores prestaciones.  Ninguna de las opciones parece adecuada. Si no se presentan a la carrera serán severamente sancionados, lo que puede suponer su ruina. Si participan con otro coche es posible que sean el hazmerreir antes incluso de comenzar la carrera. Pero a alguien se le ocurre una tercera opción y dice: "No nos preocupemos; ¡tendremos nuestro Ferrari en tiempo y forma!." Acompañan al audaz personaje a su garaje, donde les muestra el utilitario que ha venido utilizando durante los últimos 10 años. ¡Aquí teneis el Ferrari!. Aunque todavía no lo parece, disponen de casi seis meses para retocarlo. Y así, se ponen todos ustedes manos a la obra: pintan el coche de rojo Ferrari; le ponen pegatinas del cavallino rampante; acoplan unos tapacubos simulando las llantas; llenan de relojes todo el cuadro de mandos y un sin fin de "trampantojos" más, para que el utilitario quede convertido en un "auténtico Ferrari." Y llega el día de la carrera...¿Estarían ustedes nervisosos por el resultado? En el "hipotético" caso de fracasar ¿le echarían la culpa al piloto?. Yo, sinceramente, rezaría para que todos los participantes estuviesen en situación similar y al final la Gran Carrera se convirtiese en realidad en una feria del vehículo clásico.

Pues bien, esta historia que les acabo de contar es una buena metáfora del proceso de Bolonia en la Universidad Española (al menos en la Universidad de Oviedo). Después de multiples y detallados estudios se elaboró sobre el papel un cambio en el Método Docente universitario que supondría una auténtica mejora en el proceso enseñanza-aprendizaje. Algo verdaderamente espectacular que haría que el alumno se sintiera completamente partícipe en todo el proceso, lo que redundaría en un aprendizaje más coherente, más adecuado y en el cual los conocimientos aprendidos perdurarían durante mucho más tiempo. ¡Vamos: un Ferrari! Y creo sinceramente que el prototipo ideado sobre los planos proporcionaría esos espectaculares resultados. Lamentablemente a la hora de ponerlo en práctica faltan recursos económicos. Así, los grupos que en principo estaban presupuestados para un máximo de 50 alumnos (a mi juicio este número ya es excesivo), al final en algunos casos serán grupos de casi el doble; las tutorías grupales y seminarios que sobre el papel también deberían tener una gran presencia en cuanto al número de horas, quedan reducidas a la mínima expresión ya que el  número de alumnos por grupo en las mencionadas actividades es de alrededor de 10 en el primer caso y 25 en el segundo. En definitiva, como ya se ha comentado, el Ferrari es en realidad un utilitario "tuneado." Y así, la próxima semana comienza nuestra carrera. El semáforo está a punto de apagarse y los profesores, pilotos más o menos experimentados, miramos a nuestro alrededor y lo que vemos son, aparentemente, Mercedes, BMW, Mclaren,....¿serán reales? ¿Qué motor se esconderá dentro de esa aparente carrocería?. ¡Si parpadean se lo van a perder!

2 comentarios:

Joaquín Sevilla dijo...

Juas, me ha encantado. Si te sirve de consuelo en la escudería de al lado (Universidad Pública de Navarra) nos ha pasado lo mismo. Supongo que en todas partes...

César L. Alonso dijo...

Bueno; comprobar que esta situación puede ser bastante habitual en las Universidades españolas, más que un consuelo es una confirmación de que las cosas no se han hecho demasiado bien. Yo por mi parte haré lo buenamente pueda con los pobres recursos disponibles.